“MI EXPERIENCIA COMO ORGULLOSA SALESIANA Y VOLUNTARIA VIDES”
El “echar un vistazo” a mi vida, voltear la mirada a diversos puntos y sentir la necesidad de hacer algo por los demás, de vaciarme de mi y de actuar por, para y a favor de quien con una mirada o una sonrisa te grita con lo más lindo de su alma: “aquí estoy, existo, necesito un abrazo” fue lo que despertó una voz interior que me impulsó a dejar “mi mundo” para ser orgullosa voluntaria del VIDES.
Llegué a una etapa de mi existencia en la que no me sentía muy bien, en la que empecé a darme cuenta que el mundo (adultos, jóvenes, niños) está sediento, hambriento y gritando a voces silenciosas que necesita de alguien que le oriente, le escuche o simplemente le sonría… entonces me pregunté: ¿Qué he hecho yo de extraordinario para merecer todo cuanto tengo y cuanto soy?; e increíblemente, escarbando el corazón, me di cuenta de que dios y la auxiliadora me han regalado infinidad de cosas por las que yo no he hecho ni el menor esfuerzo y que no merezco por mi miseria humana y que allá afuera hay principalmente niños que no han tenido oportunidades, que no han sido descubiertos por ojos como los míos, como los tuyos… fue entonces que me puse en contacto con VIDES MEXICO porque decidí dejar huella de mi espacio y de mi tiempo sin imaginar que 25 niñas me darían la mejor experiencia de mi vida.
Vivimos una realidad triste: nadie se toma unos cinco minutos para detenerse y pensar si alguien necesita una mano, una palabra, un abrazo, una mirada, un consejo, un ¡animo, adelante, estoy contigo!... Estamos tan inmersos en un mundo sin valores, donde reina el sexo, las drogas, el egoísmo, el placer, la idea del “yo quiero, yo necesito, yo quiero alcanzar”. Y al querer seguir mi camino con esos “yo” me di cuenta que solo era cuestión de dejar a un lado mis miedos, mis comodidades, mi familia y amigos, mis cosas y diversiones para decidir vaciarme de mi y entregarme sin medida y sin condiciones a quienes me gritaban desde hace tiempo ¡¿qué haces ahí parada sin hacer nada?!.

Y así fue, me convertí en un estilo especial de “mamá”, en amiga, en confidente, en compañera de juegos, en maestra y formadora, en consejera, en paño de lágrimas, en catequista, en ayudante de lavandería sin importarme ahora en romper mis uñas o maltratar mis manos; en “payasita” y maga cuando alguna me dolía por ver sus lágrimas o sus caritas de nostalgia o preocupación…



“Hoy sé que Dios quiso ponerme en este mundo, en este instante como voluntaria y yo debo dejar huella de mi tiempo, pues tengo el deber de hacerlo. Hoy sé que lo mejor para mí (y para poder seguir mi rumbo claro y con decisiones firmes) debe ser eso que me hace feliz a mi misma y por consiguiente a mi familia y a los que me rodean. Y lo que me hace feliz es esto”.
trabajo absorbente, tus diversiones de los fines de semana, lo que te falta por hacer y alcanzar O Anhelo que a todas las personas que leen esto (en especial a los jóvenes) pueda servirles mi experiencia y al menos despertarles la inquietud de ser voluntarios (aun desde su ámbito y no necesariamente en un lugar lejano) para que me ayuden y contribuyan a cambiar el mundo con un poco de esfuerzo pero sobre todo con actos de amor.
Podrás ELEGIR entre el QUEDARTE SENTADO (A) con tus comodidades, tus satisfacciones, tus metas por cumplir, tu ACTUAR. Yo regresé a ejercer mi carrera, a seguir mi vida “normal” (porque es una experiencia más que extraordinaria, que te cambia y te marca para siempre, sin duda la mejor que he tenido en mis 26 años) y créeme que si pudiera volver a esa casa lo haría sin pensarlo 100 veces más, pues si te decides por el servicio y el amor, tus planes y proyectos pueden esperar porque vale la pena arriesgar, dejar todo y VIVIR. YO DECIDÍ SER DISTINTA Y EFECTIVAMENTE DEJAR HUELLA DE MI TIEMPO porque solo se vive una vez. ¿Qué decides tú?
“… No quiero olvidar las cosas que planeaste para mi, los sueños que me diste lograré… no tienes que buscar a nadie más, yo quiero ir: aquí está mi tiempo, aquí están mis horas, aquí estoy yo… aquí están mis manos, aquí está mi voz, ¡aquí estoy yo!. Listo quiero estar, los dones que me diste voy a usar, los años que me has dado viviré por ti. Voy a conquistar la tierra que me diste y sin dudar haré lo que me pidas…. no tienes que buscar a nadie más, yo quiero ir.. ¡AQUÍ ESTOY YO! (“Aquí estoy yo”. Jesús Adrian Romero)
María de Montserrat Islas Jara. (Ex alumna Salesiana)
Puebla, Pue. México
Puebla, Pue. México